Análisis clínico de daños en materiales dentales para mejorar el éxito a largo plazo
En los últimos diez años, odontólogos y protésicos dentales han vivido un gran número de innovaciones, de modo que actualmente se enfrentan a una enorme diversidad de materiales y variantes. Esto se traduce en un aumento constante de la complejidad en el día a día de la clínica y del laboratorio, ya que para muchos materiales y variantes de material se deben tener en cuenta las más diversas especificaciones de los fabricantes en cuanto a su manipulación. Esta creciente complejidad puede incrementar el riesgo de errores durante la aplicación protésica y clínica. En la siguiente entrevista, la protésica y tecnóloga dental Kathleen Kaufman explica cómo identifica causas frecuentes de astillamiento o fracturas por medio del análisis clínico de fallos (fractografía). El objetivo es elaborar recomendaciones para la prevención de errores, a fin de posibilitar el éxito clínico a largo plazo.
DV: ¿De qué modo se procede en el análisis clínico de daños y qué métodos se emplean?
Kathleen Kaufman: En el análisis de daños se examinan restauraciones defectuosas empleando diversos métodos para determinar la causa del fallo. A menudo se utiliza para ello un microscopio electrónico de barrido (MEB). Este microscopio nos permite, por ejemplo, analizar con hasta 100 000 aumentos las superficies de rotura de restauraciones fracturadas. A este nivel de aumento resulta posible extraer conclusiones sobre la causa del fallo del material a partir del tipo y la estructura de la superficie de rotura. Sobre la base de estos hallazgos, posteriormente se pueden elaborar recomendaciones concretas para la manipulación segura.
DV: ¿Cómo se pueden minimizar los riesgos de fractura o astillamiento ya durante la planificación y el diseño de restauraciones?
Kathleen Kaufman: De hecho, el fallo del material o el astillamiento pueden tener su origen ya en la fase de planificación y construcción. En el análisis MEB de restauraciones de dióxido de circonio recubiertas se ha constatado, entre otras cosas, que los desconchamientos de la cerámica son atribuibles con frecuencia a la ausencia de apoyo del recubrimiento por parte de la estructura. En estos casos, es aconsejable dotar a la estructura de un diseño lo más anatómico posible, que permita alcanzar grosores de capa siempre uniformes durante el recubrimiento. El hecho de no alcanzarse los grosores de pared mínimos, los diámetros insuficientes y el dimensionamiento incorrecto de los conectores son otros parámetros que incrementan el riesgo de fractura.
DV: ¿Qué resultados del análisis de daños pueden favorecer una manipulación del dióxido de circonio segura y adaptada al material?
Kathleen Kaufman: La fractura de estructuras de dióxido de circonio suele deberse a un mecanizado puntual con fresas de diamante desgastadas o con el disco de separación. El análisis de daños mediante MEB revela que, a menudo, a partir de estos puntos surge un crecimiento de fisuras que conduce al fallo del material. Así pues, por regla general, el repasado de estructuras debería tener lugar siempre antes de la sinterización y nunca en el conector propiamente dicho. Además, es preciso trabajar con un número de revoluciones reducido y aplicando poca presión, a fin de evitar el sobrecalentamiento. Finalmente, durante el acabado de la estructura se deberían eliminar las aristas y los bordes afilados, ya que pueden generar tensiones en la cerámica de r ecubrimiento.
DV: ¿Qué fuentes de error potenciales durante la cocción de cerámica vítrea han revelado sus análisis?
Kathleen Kaufman: En el caso de las restauraciones de cerámica vítrea se observó que es importante seguir estrictamente las especificaciones de los fabricantes relativas a la cristalización, a fin de prevenir defectos. Por ejemplo, si se cristaliza una restauración directamente sobre una espiga de cerámica, es posible que la espiga de cocción quede adherida a la corona. Si se retira la corona de la espiga y del soporte de cocción tras la cocción, ya esta simple acción puede causar microfisuras. Sin embargo, este daño al material se puede evitar utilizando pasta de cocción o pernos de platino.
DV: ¿Qué posibles factores de riesgo ha determinado para el uso clínico de materiales cerámicos en la clínica odontológica?
Kathleen Kaufman: Durante la prueba en boca, a menudo se vuelve a tallar selectivamente la restauración. En este caso, a continuación es imprescindible llevar a cabo un pulido, o mejor aún, un nuevo glaseado de las superficies mecanizadas. Los estudios demuestran que el mecanizado manual con instrumentos diamantados provoca a menudo microfisuras en el material. La carga oclusal y la humedad en la cavidad bucal pueden favorecer la propagación de las fisuras hasta el fallo parcial o total de la restauración.
Artículo 07/19
Kathleen Kaufman, Bad Säckingen (Alemania)
Fig. 1a: Por motivos estéticos, tras la sinterización se separó la estructura entre los dientes 31 y 41.
Fig. 1b: La formación de fisuras, que finalmente condujo a la fractura, partió de la estructura de soporte dañada en la zona incisal.
Fig. 1c: La vista detallada en el MEB muestra la parte separada de la estructura como desencadenante de la rotura.
Fig. 2a: Corona de cerámica vítrea fracturada tras la cocción de glaseado.
Fig. 2b: Una espiga de cerámica “sinterizada” con la corona provocó un daño superficial al retirar la restauración.
Fig. 2c: La vista detallada en el MEB muestra la impresión de la espiga de cocción y el desencadenante de la rotura.